Compartir las fantasias sexuales

El cerebro es el principal organo sexual y en nuestra imaginación todo es posible. Con confianza entre la pareja se pueden hacer realidad con ciertos límites.
La imaginación es algo innato en el hombre y en las relaciones sexuales les sirve para desinhibirse. Algunas personas sueñan con lenceria y otros con sabanas de raso, otros sueñan con un trio o un cuarteto y otros en enfundarse en cuero con una fusta para dominar o ser dominados.
Las fantasias eroticas son el principio para la exploración de la sexualidad, para sentir placer y descubrir cosas nuevas para llevar a cabo los deseos eroticos, analizar las emociones y vivir mas intenamente la sexualidad.
Estas fantasias ayudan a no perder el deseo sexual al caer en la rutina, la fantasia aporta seguridad y sirve como un entrenamiento previo a la relación sexual.
Las fantasias sirven como una forma de evadirse de la realidad y aumentar la excitación.
La rebelación de estas fantasias a la pareja no siempre es recomendable dependiendo de la confianza y el tipo de fantasia, aunque compartir algunas fantasias puede favorecer las relaciones.
La comunicación de algunas fantasias a la pareja pueden ser contraproducentes e incluso herir los sentimientos de la otra persona y llegar a la ruptura. A su vez si la fantasia se convierte en algo rutinario dejara de ser fantasia.
Las fantasías pueden cumplir un cometido importante y animar o reanimar la vida sexual en la pareja. Pero el negarse a realizar alguna fantasia debe ser entendido y respetado por la otra parte.

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